A pesar de sus cinco nominaciones (todas en los ochenta), Glenn Close no ha conseguido todavía hacerse con un Oscar. Eso es un pecado que la Academia debería purgar pronto, y – siempre que Meryl Streep y su Dama de Hierro se lo permitan- el 2011 podría ser un buen año para remediar su error. La actriz comenzará a buscar su preciada estatuilla en un Festival de Toronto que llega a septiembre cargado de producto interesantes con este Albert Nobbs como una de sus cabezas de cartel y una madura estrella que hace las veces de protagonista, guionista y productora.
En esta adaptación de la novela corta de George Moore, Close se meterá en la piel de un personaje al que ya interpretara sobre las tablas en 1982. Una mujer irlandesa del siglo XIX que se disfraza como un hombre y trabaja como mayordomo durante veinte años para sobrevivir en esta sociedad masculina que tantas veces hemos visto reflejada maravillosamente gracias al cine británico. Mia Wasikowska (Alicia en el País de las Maravillas), Jonathan Rhys Meyers, Aaron Johnson (en la segunda imagen), Janet McTeer, Pauline Collins, Brenda Fricker, Maria Doyle Kennedy (Los Tudor) y Brendan Gleeson la acompañan en este drama que durante décadas ha sido su proyecto frustrado y que estará co-guionizado por el veterano novelista John Banville, contratado para purgar las carencias de su jefa, novata en la escritura.
Para un trabajo tan importante en su vida y su carrera, la actriz ha querido rodearse de los mejores compañeros de viaje, por lo que no es extraño que escogiese como director a Rodrigo García, un viejo amigo además de uno de los cineastas modernos que mejor trata a las mujeres sobre el celuloide. El hijo de Gabriel García Márquez se reencuentra así con su compañera de Cosas que diría con sólo mirarla y Nueve Vidas, al tiempo que vuelve a verse las caras con la joven Wasikowska, a la que descubriera en la primera temporada magnífica En Terapia y que, desde entonces, se ha convertido en una de las más brillantes promesas de Hollywood.
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