La unidad de operaciones especiales de la policía húngara irrumpió en el set de rodaje de World War Z, la nueva película que protagoniza Brad Pitt y que se rueda estos días en Budapest, para confiscar las armas de fuego reales que iban a usar en la filmación.
Según informaron fuentes de organismos oficiales y medios locales, el arsenal de 85 pistolas y fusiles forma parte del atrezzo del filme en el que Pitt interpreta a un funcionario de la ONU en un mundo apocalíptico en el que los muertos vivientes campan a sus anchas, fueron confiscadas en el aeropuerto procedentes de Londres en un avión privado.
El problema es que las armas fueron introducidas en el país sin los permisos pertinentes ya que se alegó que eran meras réplicas. Pero en realidad se trata de armas totalmente operativas, perfectamente listas para disparar que podrían haber ocasionado una desgracia fácilmente.
Pitt, que llegó a Budapest con Angelina Jolie y sus seis hijos se ha mostrado muy enfadado con la actuación policial y los retrasos que va a provocar al rodaje.
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